Las Tierras Raras son elementos clave para industrias tan importantes como la automoción o la energía, por eso las reservas existentes y su mercado son de interés para las grandes potencias mundiales.
Aunque las Tierras Raras siguen siendo prácticamente los mismos que dimos a conocer en un artículo de 2019, lo cierto es que el panorama ha evolucionado en estos tres años de desarrollo de estos materiales. Su valor principal se encuentra en sus excepcionales propiedades magnéticas, luminiscentes y electroquímicas, por ello, son aprovechadas en diversos sectores. Y es que estos elementos tan deseados podemos encontrarlos en objetos tan cotidianos como auriculares, sensores o gafas protectoras.
Tierras raras en cifras
En 2019 se estimaba que la producción mundial de óxidos de Tierras Raras era del orden de 160.000 toneladas al año (t/año), de las que el 95% procedían de China, y que las reservas (ubicadas fundamentalmente en ese país) se cifraban entre 80 y 120 millones de toneladas (Mt).
Los datos de producción y reservas en 2022 según H.M. King ‘REE – Rare Earth Elements and their Uses’ son 300.000 t/año y 130 Mt, respectivamente. El primer productor sigue siendo China (70%), seguido de EE. UU. (14,33%)”, asegura Manuel Regueiro, Consejero Técnico de la Vicepresidencia de Relaciones Internacionales del CSIC.
Respecto a los datos de demanda, y según la empresa productora ARAFURA, las Tierras Raras seguirán siendo esenciales y por eso se prevé que se mantenga fuerte (en 2032 podrían alcanzar las 231.000 toneladas), especialmente por su implicación en la transición hacia energías limpias.
Claves en sectores esenciales
Según nos explica el experto, aunque en 2018 la mayor parte de las Tierras Raras se consumían en la fabricación de catalizadores e imanes permanentes, en la actualidad “el 45% de la demanda es para imanes de neodimio en la industria automotriz”, básicos en los vehículos eléctricos. Y añade: “El empleo de óxido de neodimio y praseodimio en aerogeneradores y la automatización de fábricas serán las aplicaciones de mayor crecimiento”.
Por esta presencia en sectores tecnológicos y estratégicos, son cada vez más codiciadas, pero la presión sobre la demanda está generando aspectos positivos. “La industria consumidora, cuando hay restricciones en el suministro, reacciona buscando otras sustancias alternativas u otros suministradores mundiales. Es decir, el aumento de la demanda está generando investigación de yacimientos nuevos en todo el mundo y avances en las tecnologías que usan estas sustancias”, asegura Regueiro.
En cualquier caso, la escasez no será un problema a hacer frente, al menos en estos 17 elementos en concreto y para la exigente transformación energética que afrontamos a escala global. “En principio no hay demasiado problema de reservas, a un ritmo de 300.000 t/año durarían 433 años, pero la transición energética no se basa tanto en Tierras Raras sino en otros metales más corrientes de los que sí podría haber un problema de escasez. No tanto porque no existan reservas, sino porque no habrá minas abiertas disponibles. Por ejemplo, el cobre, del que se solo producen hoy en día en todo el mundo 25 Mt/año. Según muchas estimaciones, el consumo en 2030 alcanzará las 50 Mt y en 2100 las 100 Mt. Obviamente no hay tiempo para poner en marcha las nuevas minas que suministrarán esos recursos. Sin cobre no habrá transición energética”, advierte.
“China continuará dominando los mercados globales, fortaleciendo su cadena de suministro y aumentando el uso de Tierras Raras en la movilidad eléctrica”.
Pugna mundial por el liderazgo
Cuando preguntamos al investigador del CSIC por una posible disipación de la hegemonía china en la industria de las Tierras Raras, nos avanza que, a pesar de que puedan entrar nuevos actores en la pugna por alcanzar puestos de relevancia, el país asiático tiene garantizado el liderazgo. “China continuará dominando los mercados globales, fortaleciendo su cadena de suministro y aumentando el uso de Tierras Raras en la movilidad eléctrica. No obstante, el hecho de que China restrinja sus exportaciones hace que cada vez más actores quieran entrar en el mercado, singularmente de EE. UU., Japón y Europa. En especial Europa, que tiene un fuerte compromiso con la transición energética para la que son imprescindibles”, afirma.
Además del impulso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se han marcado las grandes naciones, Reguero asegura que hablamos de un desarrollo económico muy importante a escala regional. “Evidentemente, con un mercado tan pequeño a escala global, cualquier país —como por ejemplo España, que podría producir 23.000 t/año— podría generar un enorme volumen de ingresos”, asevera.
Impacto y sostenibilidad de la industria
Las Tierras Raras son consideradas garantes de la transición energética por su uso, pero, como cualquier explotación minera, produce un impacto en su entorno. “No obstante, en los países desarrollados como España, las explotaciones deben pasar una evaluación del impacto ambiental que, una vez aprobado, impone un Plan de Restauración del medio afectado, con lo que, dado que las explotaciones no son eternas, los operadores deben dejar la zona restaurada cuando se clausura la explotación. Además, el proceso de explotación se deberá realizar respetando escrupulosamente la legislación ambiental correspondiente, que es supervisada por la administración ambiental y minera de cada país, recuerda.
Además, las plantas de tratamiento de estas Tierras Raras, que efectúan una actividad “normal” (molienda, tratamiento químico, concentración, etc.), deben someterse a las exigencias reguladas por ley de cualquier otra instalación industrial en cuanto a emisiones, consumo de agua y tratamiento de los efluentes y residuos. En contrapartida, la mayoría de las Tierras Raras no pueden ser recicladas o reutilizadas.
En este contexto de desafíos geopolíticos y desarrollo tecnológico, Manuel Regueiro no duda del importante papel que estos minerales pueden cumplir en el éxito de los programas de transición ecológica y la lucha contra el cambio climático. “La transición energética se basa en nuevas tecnologías de producción, almacenamiento y distribución, y todos estos equipos e instalaciones necesitan, además de otros minerales, a las Tierras Raras. Así que, si queremos realizar una transición exitosa en el mundo, nos hará falta disponer de explotaciones de estas sustancias… y muchas”, concluye.
Ha colaborado en este artículo…
Manuel Regueiro y González-Barros
Manuel Regueiro es licenciado en Ciencias Geológicas por a UCM (1979) y Máster en Liderazgo y Dirección Pública por la UIMP (2015). Hasta 2021, ha sido el Jefe de Relaciones Externas y Comunicación del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y actualmente es Consejero Técnico de la Vicepresidencia de Relaciones Internacionales del CSIC, donde es investigador principal de proyectos de investigación en el campo de las materias primas del EIT RawMaterials.