Durante el mes de marzo del año 2017, Perú sufrió uno de los desastres naturales más importantes de las últimas décadas, como consecuencia del fenómeno natural denominado ”El Niño Costero”.
Durante el evento meteorológico, conocido como “El Niño”, aumenta la temperatura del agua en toda la franja ecuatorial del océano Pacífico y los efectos se sienten en todo el mundo: lluvias monzónicas débiles en India, inviernos más fríos en Europa, tifones en Asia y sequías en Indonesia y Australia.
Sin embargo, cuando el calentamiento ocurre solo en la zona costera de Perú y Ecuador, se produce un fenómeno de lluvias torrenciales que se restringe a estos países, y es conocido como “El Niño Costero”.
El hecho de que el aumento de la temperatura del agua ocurra solo frente a ambos países se relaciona con las corrientes de viento que circulan por la zona.
El comienzo del evento ocurrido en marzo 2017, fue el mes de diciembre de 2016, cuando unos vientos del Norte, procedentes de Centroamérica favorecieron el desplazamiento de aguas cálidas hacia el sur, según informó el ENFEN (1).
En su recorrido hacia las costas ecuatoriana y peruana, esta masa hídrica no encontró ninguna barrera. Los vientos costeros que iban en dirección opuesta, de Sur a Norte, se debilitaron durante los primeros días de diciembre de 2016 y permitieron el ingreso de las aguas cálidas de Centroamérica.
Este calentamiento anómalo del mar en la zona costera empezó a mediados de enero de 2017, alcanzado el agua temperaturas máximas de 29º C en Perú y de 28º C en Ecuador.
El exceso de temperatura provoca una fuerte evaporación de agua, lo que da lugar a lluvias torrenciales extendidas durante varias semanas, sin interrupción.
Este evento afectó a 20 de las 25 regiones de Perú, causando importantes pérdidas de vidas humanas y de bienes, con destrucción generalizada de los medios de comunicación, caminos y carreteras.
Como consecuencia del evento meteorológico indicado, la compañía AUTOPISTA DEL NORTE (GRUPO OHL), sufrió un siniestro de Daños Materiales y Pérdida de Beneficios.
La póliza, del ramo Obras Civiles Terminadas, fue emitida por MAPFRE PERÚ, con un 75,00% del riesgo.
El bien asegurado dañado fue la Red Vial nº 4 que tiene una longitud de 356 Km, entre las localidades peruanas de Pativilca y Trujillo.
La tramitación de un siniestro, sobre un bien asegurado de tan extensa longitud, requiere una coordinación y comunicación constante entre el asegurado, el gabinete pericial y la aseguradora.
La presencia inmediata de los ajustadores peritos fue determinante para la valoración inicial del siniestro, siendo necesario en la mayor parte de los casos realizar las inspecciones a pie.
Por parte del asegurado, los trabajos de mitigación y limpieza fueron de gran importancia, así como las labores necesarias para restaurar el tránsito de vehículos.
Una muestra de la complejidad de un siniestro de esta envergadura puede observarse en la breve descripción de los bienes dañados:
– La Calzada Antigua, con colapso de dos puentes y daños severos en otros dos.
Las señalizaciones y protecciones de seguridad quedaron parcialmente destruidas, con acumulación de agua, barro y otros arrastres.
Asimismo resultaron deteriorados los terraplenes, se produjo la pérdida de la carpeta asfáltica y se detectaron daños ocultos en la calzada.
–La Calzada Nueva, paralela a la anterior, que sufrió la destrucción total de uno de los puentes, con afectación de bermas y arcenes, más daños ocultos.
El asegurado sufrió también Pérdida de Beneficios, como consecuencia de los peajes dejados de percibir.
Los plazos previstos de reparación para restablecer totalmente la normalidad superaron el período máximo de indemnización, de 12 meses, establecido en la póliza.
La existencia de contratos de concesión, suscritos por el asegurado con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú, asegurado adicional en la póliza, tuvo también su incidencia en el ajuste del siniestro, siendo necesario contratar servicios jurídicos locales para el estudio de las obligaciones dimanantes de dichos contratos, en relación con las pérdidas ocasionadas por el siniestro.
La dificultad en la tramitación, desde el punto de vista del contrato de seguro puede también adivinarse por las garantías complementarias de la póliza, que se han visto activadas:
Salvamento, Desescombro, Limpieza y Rescate
Reparaciones Provisionales
Honorarios Profesionales
Gastos de Limpieza y Extracción de Lodos
Autoridades Públicas
Gastos de mitigación o salvamento
Incremento del costo de construcción y daños a bienes no dañados
La tasación de los daños y pérdidas ha requerido de numerosas reuniones con el asegurado para el contraste de pareceres sobre la reclamación presentada, los conceptos indemnizables y el ajuste de los mismos.
El ánimo de colaboración y buena fe entre todos los intervinientes ha presidido siempre las conversaciones mantenidas, sin perjuicio de la legítima defensa de las respectivas posiciones.
Finalmente, se alcanzó un acuerdo por todo concepto, que asegurado y asegurador han considerado satisfactorio, con un importe indemnizatorio total y final.
En definitiva, el siniestro comentado es un buen ejemplo de complejidad por la extensión y dificultad de valoración de los bienes dañados.
Y al mismo tiempo es un ejemplo de magnífica profesionalidad en la gestión pericial y en la actitud de asegurado y aseguradores, que ha concluido de manera satisfactoria.
(1) ENFEN. Comité Multisectorial Peruano para el estudio del Fenómeno del Niño Costero.
Autor: Román Guaita
Subdirector de Siniestros de MAPFRE Global Risks