Aunque ya estaba inmerso en una fase de desarrollo tecnológico, la crisis sanitaria supuso un impulso para los procesos de digitalización de las infraestructuras portuarias, que tras un inmenso esfuerzo de sus responsables lograron mantener su actividad a pesar de las restricciones de movilidad y contacto. Pero ¿qué capacitación precisa la transformación en puerto inteligente?
Tal y como sucede en otros ámbitos de la gran industria, el sector del transporte marítimo y la función de intermodalidad que ofrecen los puertos está avanzando a pasos agigantados, principalmente en la aplicación de tecnologías disruptivas. Como explicaba Jorge Durán, jefe de la Secretaría de la Comisión Interamericana de Puertos, en una reciente entrevista, la pandemia ha acelerado los procesos de digitalización, y los puertos -de la región y del mundo- comparten un desafío principal: la capacitación tecnológica al más alto nivel. Estas infraestructuras aspiran a conformar lo que se conoce como un PCS (Port Community System), una plataforma en la que todos los actores de la gestión portuaria están comunicados en torno a los Smart Ports (puertos inteligentes), que incorporan tecnologías como la sensórica, el análisis de datos, la automatización de procesos o el Blockchain. Pedro García Gómez, Responsable de Desarrollo de Negocio e Innovación de Portel Logistic Technologies y Sandra Mena, responsable del Área Comercial de la compañía, nos hablan de las particularidades técnicas que implica este desarrollo.
Según los últimos datos recogidos antes de la pandemia -que alteró la referencia y la realidad-, más de un 80% de las mercancías del mundo se transportaron por barco. En su posición como pilar fundamental del transporte internacional, la industria marítima-portuaria tiene un claro compromiso con el avance tecnológico. “Hay distintas iniciativas en el sector que buscan la digitalización, tanto desde organismos internacionales, como la Organización Marítima Internacional, la Organización Mundial de Aduanas o la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa”, aseguran desde Portel.
Como explican desde la compañía, el valor añadido de las cualidades de un sistema portuario inteligente repercute en varios aspectos:
- Crecimiento sostenible de la capacidad portuaria, dotando de soluciones tecnológicas que mejoren la productividad, eficiencia y conectividad de las infraestructuras.
- Mejora de la eficiencia en la logística, mediante la implantación de modelos colaborativos que optimizan la gestión de los flujos de información tanto de planificación como de monitorización y automatización de las operaciones.
- Innovación continua a través de la inclusión de la Comunidad Innovadora para aprovechar los últimos avances tecnológicos.
Integración con las ciudades favoreciendo la interconexión para facilitar una relación común y acción conjunta en áreas compartidas (tráfico urbano, desempeño ambiental, seguridad y protección, etc.) - Mejora de la calidad de los servicios, midiendo los indicadores de calidad en la prestación de estos y dando una mayor visibilidad de lo que ocurre dentro de los entornos portuarios.
- Aumento de la competitividad de empresas y personal humano, permitiendo a los profesionales incrementar sus conocimientos y capacidades impulsados por la innovación continua.
¿Qué se puede hacer para impulsar la digitalización?
La transformación digital en el sector y la transición a un modelo de puerto inteligente requiere no solo el uso de tecnologías específicas, sino también una adecuada estrategia digital y un desarrollo en las capacidades de los usuarios y profesionales. El modelo Smart Port no hace alusión solo a un ente determinado -esto es, el terminal-, sino que incluye a todas las empresas que operan en este puerto dando servicio a los operadores logísticos. Por ese motivo es importante un componente de capacitación, gestión del cambio y adquisición de habilidades para dar respuesta todos los retos que conlleva. “Nosotros defendemos la idea de que todos los puertos del mundo deben avanzar en estos modelos Smart Ports, incluso los pequeños y medianos, donde la digitalización de manera colaborativa les permitirá ser competitivos de acuerdo con las necesidades y servicios que prestan. Este tipo de cambios de modelo repercute positivamente a las empresas que operan en los mismos”, explican desde Portel, señalando que este modelo inteligente “no se puede implementar con éxito si no se consideran aspectos colaborativos que permitan sacar el mayor provecho de las soluciones que se van a integrar”.
Este desarrollo tiene ante sí dos retos para lograr el éxito:
- Un cambio cultural: es clave, tanto en la innovación como en la adaptación a las circunstancias cambiantes del sector. En el primer caso, se debe orientar la estrategia a la innovación aplicada, es decir, que puede hacer cierta tecnología o conjunto de ellas para solventar problemas comunes y no al revés. Para la adaptación, se requiere que las comunidades portuarias se acerquen más con visión win2win, para sacar un provecho colectivo a este ambiente colaborativo.
- Inversiones: se requieren compromisos estructurales para realizar la transformación digital. En muchos casos existen inversiones millonarias en infraestructura física pero que no tienen en cuenta como se gestionará una vez instalada, y por tanto la gestión de recursos operativos a medio y largo plazo se complica. Esto suele ocurrir en diseño y construcción de terminales, infraestructura de inspección de mercancías, canales de navegación, controles de acceso etc. Los datos que en esos puntos físicos se gestionan pueden aportar mucho valor de cara a la eficiencia operativa y visibilidad, o restarlo ante la ausencia de sistemas que permitan acceder o integrar dicha información desde el punto de vista común.
Los puertos inteligentes suponen, respecto a los tradicionales, importantes ventajas en materia de sostenibilidad y eficiencia, valor competitivo, ahorro de costes, coordinación de puertos y servicio.
Gestión de nuevos riesgos
Tal y como sucede también en otros ámbitos tecnológicos, la innovación crece a la par que sus vulnerabilidades, por lo que desde las autoridades portuarias deben pautar este desarrollo de acuerdo con una correcta gerencia de riesgos. “La visión de la entidad gestora de estos puertos debe, como agente neutral, establecer mecanismos que permitan identificar amenazas para reducir los riesgos y convertir oportunidades en guías para desarrollar programas y proyectos, teniendo en cuenta a los entes relacionados para asegurar la efectividad en el proceso de transformación”, indican desde Portel.
El desarrollo digital se basa, adicionalmente, en los grupos de trabajo creados con una comunidad innovadora para buscar soluciones basadas en tecnologías disponibles o prototipados que permiten avanzar hacia el futuro, teniendo en cuenta que en él algunos riesgos tradicionales se verán mitigados, pero nuevas vulnerabilidades saldrán a flote con la tecnologización. “La velocidad con la que está sucediendo el proceso de digitalización es enorme y hace que se corra el riesgo de que la gerencia de riesgos quede obsoleta y al margen del mercado”, aseguran. En este punto el procesamiento de datos en robotización e Inteligencia Artificial suele generar cierta desconfianza. “Existen riesgos relacionados con la ciberseguridad que hay que tener en cuenta, ya que surgen debilidades que pueden poner en peligro los activos digitales y los datos en los puertos. La creación de estándares y medidas de protección permanente pueden reforzar la confianza”, proponen. “Actualizar y complementar la formación y capacitación de las personas es un factor clave para el éxito de las transformaciones digitales y principalmente para atender nuevos requerimientos y habilidades como el análisis avanzado de datos, modelos predictivos y aplicación de optimizaciones y automatizaciones. También hay que tener en cuenta que hay nuevos profesionales que podrán aportar mayor capacidad en los equipos, y habrá que tenerlos en cuenta a la hora de emprender dichos proyectos de transformación”, concluyen.
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