Paraguay cuenta con una población muy joven —la mitad de sus más de 7 millones y medio de habitantes tiene menos de 27 años— y sustenta su economía sobre la agricultura y la ganadería. Este país de Latino América tiene en la región a sus principales socios comerciales: Brasil y Argentina.
Las condiciones geográficas y meteorológicas hacen de Paraguay un territorio muy poco poblado: a su extrema climatología —las temperaturas medias del año superan los 20°C—, su capital, Asunción, no tiene una comunicación internacional afianzada. Las principales conexiones se hacen a través de carretera y, especialmente, en dirección a sus dos principales socios comerciales: Brasil y Argentina, para las que existen salidas y llegadas diarias en autobús.
Líder en producción de energía limpia
Aunque ha obtenido hasta ahora bajas calificaciones en este ámbito de instituciones como el Foro Económico Mundial, Paraguay se encuentra inmerso en un Plan Integral de Infraestructura. Este incluye un ambicioso programa de transición a la movilidad eléctrica calificado como “un esfuerzo sin precedentes en la nación, resultado de talleres participativos con la presencia de alto nivel y especialistas técnicos de las dependencias clave para la concepción, retroalimentación y validación de los contenidos que ahora representan los compromisos a cumplir”. El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible de Paraguay afirmó que este plan contempla la sustitución del 100% de la flota de autobuses de transporte público, el 50% de los taxis y la inclusión de bicicletas eléctricas en las cinco ciudades principales del país, entre otros ámbitos.
Aunque hablamos de un país pequeño, Paraguay destaca por ser el mayor productor per cápita de energía limpia del mundo: toda la demanda eléctrica se cubre a partir de fuentes renovables y locales, con origen en las centrales hidroeléctricas de Acaray, Itaipú y Yacyretá.
Impulso comercial dentro de la región
La distribución del PIB por sectores en la región en el pasado ejercicio tiene mayor representación del sector terciario (49,6%), aunque el peso de la economía se sustenta sobre el primario, especialmente por la agricultura y la economía, motor económico de Paraguay, y responsable del 21,6% de la población activa.
Desde hace casi cuarenta años, la región aplicó la liberación comercial —salvo excepciones por motivos de seguridad y salud— lo que ha potenciado la importación de mercancías y la disipación de una industria sustitutiva local a cualquier coste. Su perfil se encamina, por tanto, a la exportación de commodities y la importación de productos manufacturados, como indica el último informe de la región publicado por el ICEX. Los principales socios comerciales de Paraguay son Brasil y Argentina, seguida muy de cerca por Chile, con una importante proyección.
Dentro de los países de América Latina, Paraguay tiene el menor nivel de inversión Extrajera Directa (principalmente por su reducido tamaño de mercado), pero según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2022 superaron a la del ejercicio anterior (129%) y acumuló 474 millones de dólares. Según el informe de la organización, “la mayoría de las entradas correspondió a la reinversión de utilidades (un 64% del total), que fueron un 61% superiores a las de 2021”. Por su parte, los préstamos entre empresas se recuperaron después de la importante caída de 2021, pero representaron tan solo un 3% del total de la ID recibida en 2022.
Respecto a la Deuda Externa adquirida por el país, el Ministerio de Hacienda destaca “el bajo nivel que constituye una de las fortalezas con las que cuentan las finanzas públicas”, ya que Paraguay ostenta uno de los menores volúmenes de la región, por debajo de la media de los países con la misma calificación crediticia. El último informe oficial del Ministerio, correspondiente a octubre de 2023, muestra un ligero incremento respecto al mismo periodo del año anterior, cuando ocupaba el 32,1% del PIB, hasta los 32,9% actuales (14.484,5 millones de dólares).
Una discreta red comercial
El tejido empresarial está concentrado, principalmente, en Asunción. Tan solo el sector de fertilizantes e insumos agropecuarios se desplaza hasta el Departamento de alto Paraná. También destaca el ICEX un segundo mercado formado por los países vecinos, especialmente Argentina y Brasil, cuyos ciudadanos ingresan en Paraguay practicando el llamado “turismo de exportación”, por el que se acogen a un régimen que les permite adquirir en las ciudades paraguayas de frontera productos importados del país. Esta segunda línea comercial se abre por la ventaja que supone que estos productos tienen un arancel inferior al unificado por el Mercado Común del Sur, a partir de una excepción concedida al país por tiempo limitado, ya que sus aranceles eran inferiores antes de entrar en Mercosur.
La actividad comercial está concentrada en un número reducido de intermediarios con capacidad de controlar toda la red, en la que, muchas veces, una misma firma ejerce de importador, mayorista, representante y distribuidor. Esta situación limita la capacidad de especialización de los operadores.
Con todo, el país tiene por delante un potencial por explorar. Antes de la pandemia del Covid19, Paraguay venía experimentando un crecimiento económico estable, que durante quince años solo sufrió dos contracciones del PIB (en 2009 y 2012). Aunque el confinamiento supuso un paréntesis en esta evolución, el 2021 comenzó a rebotar la actividad de la región, con crecimiento del PIB del 4%. Aunque aspectos contextuales como una severa sequía y la guerra de Ucrania supusieron un varapalo para la región, que solo creció un 0,1% en 2022, las expectativas de desarrollo para este 2023 superan a las alcanzadas en el pasado ejercicio.
Como oportunidades de negocio, desde el ICEX destacan al sector agropecuario (maquinaria y fertilizantes), los materiales de construcción, equipos eléctricos, equipamiento para el tratamiento hídrico y la industria de la celulosa y el papel, entre otros. “A diferencia de otros países con necesidades semejantes, Paraguay se encuentra en una mejor situación relativa en cuanto que puede acceder a las fuentes de crédito internacionales en condiciones favorables, dado el bajo nivel relativo de deuda respecto al PIB”, concluyen.