El acercamiento comercial entre China y Latinoamérica comenzó hace más de cincuenta años, pero en la última década ha ido fortaleciéndose hasta convertirlos en socios de negocios muy importantes. Si bien la llamada nueva Ruta de la Seda puede tomarse como referencia de este escenario, la alianza entre ambas regiones va más allá de grandes infraestructuras. Su relación con Argentina es claro ejemplo de este avance, del que nos habla Alejandra Conconi, directora ejecutiva de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio.
China es en la actualidad un socio comercial muy importante para América Latina. Aunque ha sido en la última década cuando esta alianza se ha consolidado con importantes proyectos de infraestructura logística, esta relación se lleva gestando desde hace mucho más tiempo, como nos explica Alejandra Conoconi, directora ejecutiva de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio. “China consigue, a comienzos de este siglo, su ingreso en la Organización Mundial de Comercio, tras un proceso de muchos años. En 2004, Hu Jintao —presidente de la República Popular China desde 2003 a 2013— vino a Argentina en el marco de una gira por América Latina, cuando su país fue reconocido como economía de mercado”, explica.
Este marco facilitó las primeras negociaciones que han evolucionado hasta convertir al país en un socio estratégico, uno de los más importantes dentro del esquema chino de alianzas internacionales. Existen acuerdos que se demoraron más de una década, como el negocio cárnico, “hasta llegar a día de hoy, que el 58% de la carne argentina tiene como destino a China. Ha habido también sucesos históricos específicos, como la guerra comercial con Estados Unidos o la situación con Australia, que habilitaron nuevos cupos y productos, como el caso en los últimos dos o tres años del sorgo y de la cebada, que antes Argentina no tenía posibilidad de exportar. Es decir, se van amplificando las oportunidades”, explica Conconi.
Exportaciones de Argentina a China en U$S millones (Informe de la Cámara Argentino China)
El avance de la relación comercial
A partir de 2010, cuando se fortalece la alianza entre China y Argentina, el país asiático se convierte en un actor clave de la inversión extranjera directa y del financiamiento “en agroalimentación, banca, telecomunicaciones, minería y, desde hace muy poco tiempo, en litio, donde si bien existe inversión norteamericana, coreana, australiana y de otros países, en cantidad de proyectos y en importancia China ocupa el lugar más importante”, expone Conconi, que rememora que fue precisamente hace 12 años cuando se dio “la autorización del Banco Central para la operación del ICBC (Banco Industrial y Comercial de China), que supuso una gran inyección de capital en nuestro país”. La experta, que ha trabajado durante más de quince años con empresas chinas, recuerda que antes de esa fecha “no había un contacto fluido y, por eso, ahora muchas provincias del interior del país se relacionan con matrices chinas por primera vez, con todo el agregado de diferencias interculturales que eso supone, porque venimos de países con evoluciones del capitalismo y contextos laborales diferentes”.
Esta discrepancia se veía especialmente reflejada en los tiempos de producción, fundamentalmente en las fases de compra y licitación, que derivaban en un aumento de los costos “que para cualquier extranjero son un desafío, pero para las empresas chinas más todavía”. Este podría considerarse unos de los principales desafíos en la consolidación de las relaciones entre China y Latinoamérica. “Para ellos, cualquier proyecto de acá es pequeño en relación con las obras y dimensiones que tiene la infraestructura y el comercio interno. China es un país donde hay una anticipación y una proyección a largo plazo, a través de planes quinquenales que se anteponen a la política, y en Latinoamérica tiene que darse una adaptación a la situación local, donde a veces tenemos cambio de presidentes y de partidos. Por suerte en estos años se han reconocido pactos sin bandera política, acuerdos que son política de Estado”, asegura.
“El trabajo de adecuación intercultural es esto, un esfuerzo profundo que vela por poder encontrar una metodología común. Apta para la diversidad de personas chinas y argentinas que la están llevando a cabo, y que la hacen sostenible en el tiempo”, insiste. En esta última década, las empresas locales orientadas al comercio exterior comienzan a la fijarse en el gigante asiático, lo que trasciende el acercamiento económico. “Han llegado al país institutos Confucio para la difusión de la lengua y cultura china, ha habido apoyo en defensa durante el G20 y todo lo que fue la diplomacia de las vacunas durante la pandemia se dio con cooperación y donación”, asevera.
La nueva Ruta de la Seda
En octubre de 2013, el presidente Xi Jinping puso en marcha el proyecto ‘New Belt and Road Initiative’, conocido en castellano como “La Franja y la Ruta”, que emula simbólicamente la vieja Ruta de la Seda, trayectoria milenaria que marca el itinerario comercial de China con el mundo. En esta ocasión, como aprecia Alejandra Conconi, adaptada al siglo XXI. A este trazado, que se concretó en seis corredores terrestres y uno marítimo, se han ido sumando cada vez más sectores y regiones. Junto a este crecimiento geográfico hay que añadir, además, dimensiones de conectividad no necesariamente física, que ha añadido el adjetivo “digital” al proyecto.
En este contexto, y como explica Conconi en un informe publicado por la revista Anfibia, China es una realidad cada vez más presente en los espacios empresariales y políticos de Latinoamérica, y de Argentina, que se adhirió al proyecto a partir de un Memorándum de Entendimiento. A través de él, la región firmó la viabilidad de una serie de proyectos considerados estratégicos por ambos países. En los últimos años, ha llegado capital chino a importantes obras de energía renovable y grandes infraestructuras de transporte, y se han llevado a cabo acuerdos de índole sanitaria y educativa.
“La Cámara, que ha reflotado el Observatorio de Inversiones Chinas en Argentina, está elaborando un informe que se publicará a comienzos de 2023 y que estima que la inversión alcanzará los 40 mil millones de dólares entre todas las industrias”, explica la directora ejecutiva, advirtiendo esta cifra hace referencia a “las compras que un país hace de activos, puertos, acopios y demás infraestructura a riesgo de la empresa. Y no sería, por ejemplo, el caso de las represas en Santa Cruz y otras obras que con garantía soberana”.
Ha colaborado en este artículo…
Alejandra Conconi es licenciada en Estudios Orientales (USAL) y Magister en Antropología Social (UNSAM), especialista en interculturalidad y relaciones empresariales entre Argentina y China. Es directora ejecutiva de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio.