Con más de 3000 proyectos en cantera, América Latina se presenta como una región repleta de oportunidades para el desarrollo del sector de la construcción. Pero estas grandes obras, más allá de por su propia envergadura, comportan una serie de riesgos que serían prácticamente imposibles de asumir sin la intervención de la industria aseguradora, hecho que convierte a esta última en una figura clave para su evolución.
La contribución de las infraestructuras al desarrollo de un país es indiscutible. Invertir en infraestructuras supone un beneficio con efecto doble, pues si bien el crecimiento económico aporta a un Estado los recursos para financiar su inversión en el sector de la construcción, las mejoras en infraestructuras incentivan la actividad económica por su efecto multiplicador e impulsan su potencial productivo a futuro.
Las redes de infraestructura de transporte, energética, de telecomunicaciones y servicios de abastecimiento de agua potable, constituyen un elemento esencial para la integración del sistema económico y territorial de un país, posibilitando las conexiones y actividades comerciales tanto a nivel nacional como internacional.
Un repaso por los proyectos más relevantes de LATAM en 2019
En la actualidad, existe un gran número de proyectos en proceso de difinición o licitación en la región. Tal es así que la Association of Equipment Manufacturers (AEM), que sigue de cerca la evolución de esta industria, consideraba la existencia de aproximadamente 3000 proyectos a junio de 2018 , de los cuales alrededor del 40 por ciento de los mismos se encontraba en fase de licitación previa.
Gráfico 3: Cartera de proyectos en América Latina a junio 2018
Entre la cartera de proyectos existentes en la actualidad, considerando su complejidad técnica y lo que supondrán para el desarrollo de la zona en que se localizan, resultan destacables los siguientes:
- Corredor ferroviario bioceánico central
Este proyecto unirá mediante vía ferroviaria el puerto de Ilo, en Perú, con el puerto de Santos en Brasil. Cuatro países de la región (Perú, Brasil, Paraguay y Bolivia) verán optimizadas sus rutas comerciales gracias a las nuevas conexiones que les otorgará este megaproyecto, cuya inversión estimada es de 10.000 millones de dólares.
- Ferropista en Colombia
Se trata de un proyecto de sistema de transporte de carga multimodal, localizado en pleno corazón de Colombia, entre Ibagué y Armenia, a apenas 300 kilómetros de Bogotá. Integrará un tramo de vía férrea de 55 kilómetros de longitud en combinación con un túnel de 44,2 kilómetros. La inversión, que se realizará mediante un sistema de asociación público-privado, implicará unos fondos de 8.100 millones de dólares.
- Línea 2 del metro de Lima
Con fecha de finalización prevista para 2022, la línea 2 del Metro de Lima recorrerá la ciudad en el sentido este-oeste, contará con 27 estaciones y una extensión de 27 kilómetros. Se trata de un proyecto 100% automatizado e incorporará sistemas de trenes sin conductor. La inversión prevista asciende a los 5.500 millones de dólares.
- Metro de Bogotá
A 280 kilómetros de la Ferropista se localiza el proyecto del metro de Bogotá. Para su desarrollo se ha implementado la metodología BIM , en su primera línea contará con un total de 16 estaciones y la inversión prevista para llevarlo a cabo asciende a los 4.347 millones de dólares.
- Túnel binacional de Agua Negra
Se trata de dos túneles, uno en cada sentido de circulación, que cruzarán la cordillera de los Andes en el paso fronterizo de Agua Negra, conectando Argentina y Chile. Esta conexión no sólo potenciaría el comercio estos dos países, sino que también facilitaría el comercio hacia el océano Pacífico de una importante región argentina. La inversión total es de 1.600 millones de dólares.
- Autopista Costanera Central
Proyecto previsto para ser finalizado antes de 2020, actualmente se encuentra en fase de precalificación técnica. Contará con una longitud de 22 kilómetros y con 3 carriles para cada sentido de circulación que dotarán a Santiago de Chile de una considerable mejora en su movilidad. La inversión estimada en este proyecto alcanza los 1.184 millones de dólares.
Otras obras relevantes que se van a licitar o se encuentran en fase de construcción son la Planta termosolar Cerro Dominador, en Chile; el Parque Lagoa dos Ventos en Brasil; el proyecto ferroviario Huancayo-Huancavelica en Perú, el túnel de La Línea, en Colombia, y el Corredor Bioceánico Aconcagua.
El rol del sector asegurador como promotor de la construcción
Es natural considerar que los proyectos de construcción e infraestructura, más allá de su envergadura, comportan un riesgo de por sí en vista de la gran cantidad de agentes y de procesos que intervienen.
Por ello emprender un proyecto sería prácticamente imposible sin la intervención del sector asegurador, que actúa en la mitigación y control de los diversos riesgos que conlleva el emprendimiento de una obra, entre los que podemos citar:
- Riesgos relacionados con la no realización de las obras. Son aquellos que pueden incidir en el retraso o la no finalización de las obras.
- Riesgos relacionados con factores económicos. La situación económica de un país o región puede generar incertidumbre para los participantes en un proyecto, afectando de manera directa su participación o las tarifas que los intervinientes cobran por la misma.
- Riesgos relacionados con factores técnicos. Corresponde a aquel que se materializa cuando los estudios técnicos de factibilidad del proyecto resultan incorrectos.
Un ejemplo de este tipo de riesgo podría ser la asunción errónea con respecto a la cantidad o calidad de minerales extraídos en un proyecto minero, o la falta de capacidad del proyecto para producir la cantidad de bienes que se había proyectado, o la imposición de nuevas condiciones técnicas al proyecto por parte de agencias gubernamentales.
- Riesgos relacionados con aspectos políticos. Están relacionados con la seguridad del lugar en donde se encuentra el proyecto. Los inversores necesitan saber que sus activos están seguros. Por ello el apoyo de los gobiernos y la facilidad con que se otorguen las autorizaciones necesarias son también factores esenciales que atraen a los inversionistas.
- Riesgo legal. La estabilidad legal o jurídica es otro aspecto fundamental para los inversionistas. Por ejemplo la existencia de gran cantidad de normas en algunos países, genera incertidumbre respecto del sistema jurídico aplicable a las relaciones contractuales de un proyecto de infraestructura.
- Riesgos relacionados con el medio ambiente. Actualmente existe un alto grado de responsabilidad de la comunidad internacional respecto del impacto ambiental que producen los proyectos de construcción y su control. Aunque este riesgo también puede estar ligado en algunos casos a la insuficiencia de normas referidas al medioambiente y a la posibilidad de que las mismas sean actualizadas.
En general, los grados de riesgo difieren sustancialmente dependiendo de la naturaleza y características propias de cada proyecto así como del agente de que se trate, sea el organismo financiador, el promotor, la autoridad local, los constructores y contratistas o, por último, los propios habitantes.
La construcción supone una actividad realizada en un entorno sobre el que se tiene un control limitado, con unas condiciones cambiantes a lo largo de la vida de una obra, realizando operaciones físicas de riesgo, con exposición a eventos de la naturaleza, y en muchas ocasiones implicando el transporte de equipos y materiales desde sitios lejanos, con múltiples contratistas conviviendo contractual, física y organizativamente y, lo que tiene relevancia, con una carga financiera que constituye el presupuesto de la obra.
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