En la XXVII edición de las Jornadas Internacionales Global Risks de MAPFRE se celebró una mesa redonda que contó con la participación de directivos de tres grandes corporaciones de la región latinoamericana, de países y sectores muy diversos, quienes hablaron sobre cómo afrontaron la pandemia desde su rol de gerentes de riesgos, el impacto en sus industrias, y las principales lecciones aprendidas que ha dejado la crisis sanitaria en sus organizaciones.
Los gerentes de riesgos de las grandes corporaciones se han enfrentado durante el año pasado, con el impacto de la COVID-19, a una situación completamente inédita e impensable. Un escenario que ha puesto a prueba sus sistemas de control de riesgos y su capacidad de reacción para adoptar medidas inmediatas, todas ellas con un objetivo prioritario: salvaguardar la salud de las personas.
Sobre ello hablaron los directivos de tres grandes corporaciones de América Latina, Adolfo Carstens, gerente de Seguros de CMPC; Mariana Pizá, Global Insurance director de ORBIA, y Suzana Borges, Insurance & Warranty director de LATAM Airlines Group, en una mesa redonda que fue moderada por Paola Serrano, CRMO Latam e Internacional de MAPFRE Global Risks, durante las pasadas Jornadas Internacionales GR de MAPFRE.
La reacción ante la pandemia
Según comentó Pizá, en ORBIA, un grupo empresarial con sede en México y con operaciones en más de 40 países, en su corporación la reacción fue ágil, sobre todo, según indicó, en las regiones más vulnerables, incorporando rápidamente nuevas formas de trabajar en sus plantas, por la seguridad y para garantizar la continuidad del negocio, puesto que su porfolio incluye productos de carácter imprescindible. Para Pizá, el 2020 fue un año que les enseñó mucho sobre cómo ser ágiles, empáticos, resilientes; y destacó que el gobierno corporativo y el liderazgo resultaron cruciales para conducir a la organización a través de estos desafíos.
Tampoco las plantas de CMPC, holding forestal y papelero chileno, se paralizaron durante la pandemia, también con el objetivo de cumplir con el abastecimiento de productos esenciales para el cuidado de la salud. El primer paso, según señaló Carstens, fue diseñar, junto a especialistas, un protocolo de aplicación a todas sus factorías, el que abarcaba desde medidas de distanciamiento social, distribución de turnos de trabajo, trabajo en remoto, hasta la higienización de los espacios.
Por su parte, Suzana Borges comentó el caso de LATAM Airlines. La industria de la aviación fue una de las más afectadas por la pandemia, debido a las restricciones de movimientos impuestas por los gobiernos. Por lo que, según explicó, en vista del importante descenso de las operaciones de transporte de pasajeros, LATAM se enfocó en el transporte de carga, apoyándose en el envío de vacunas y suministros médicos. Lamentablemente, apuntó Borges, también se vieron obligados a tomar decisiones difíciles, como la reducción del número de colaboradores y de la flota de aviones, así como a renegociar los contratos con proveedores.
El rol del gerente
Seguidamente, Paola Serrano, como moderadora de la mesa, los instó a compartir sus opiniones acerca del impacto o posibles cambios sufridos en el rol del gerente de riesgos a raíz de la crisis sanitaria.
Respecto a ello, para Mariana Pizá, más que existir un cambio en el papel del gerente de riesgos, lo que se ha transformado ha sido la manera de interactuar en la organización, consiguiéndose una comunicación más ágil y abriendo mucho más el diálogo sobre el tema de los riesgos, sensibilizando más a la gente al respecto.
Desde su perspectiva, Suzana Borges, el mayor cambio y desafío vino por tener que trabajar de la noche a la mañana de forma totalmente diferente, sin adaptación, manteniendo la conexión con las personas en remoto, con la prioridad absoluta del bienestar físico y mental del equipo y su seguridad.
Por su parte, Adolfo Carstens tampoco estimó que su rol hubiera cambiado de manera considerable, pero sí apuntó que la pandemia ha supuesto que los escenarios cambien muy rápidamente, con la consecuente necesidad, como gerentes de riesgos, de estar listos para afrontar estos cambios.
Cambio climático
Otro de los aspectos sobre el que los directivos intercambiaron impresiones, fue el del cambio climático. Pues como bien apuntaba Paola Serrano, en su rol de moderadora de la mesa durante el evento, además de la pandemia más grave a la que se ha enfrentado el mundo en más de un siglo, en 2020 se produjeron un número de catástrofes naturales superior a la media, con una temporada de huracanes en el Atlántico sin precedentes, un número de hectáreas quemadas en Estados Unidos que batieron récord, así como monzones en la India que provocaron un gran desastre…
En opinión de Adolfo Carstens, para cualquier empresa de su ramo, la gestión ambiental es un tema muy importante. Pero en el caso de CMPC, destacó, existe un compromiso con el desarrollo sostenible a través de metas muy claras: reducción de emisiones, conservación y restauración de bosques de aquí a 2030 y reducción del 25% del consumo de agua industrial y cero desechos.
Miembro del Índice de Sostenibilidad de Dow Jones, en ORBIA, según reveló Mariana Pizá, también se evalúan los riesgos derivados del cambio climático y ya están integrados en sus procesos de management. Su apuesta va desde la descarbonización hasta la gestión hídrica responsable, y lo que considera más valioso: generar nuevas oportunidades de negocio para hacer sostenible la actividad de la empresa a largo plazo.
Por su parte, Suzana Borges subrayó que temas como el medio ambiente, el cambio climático, la sostenibilidad… siempre han sido una preocupación para LATAM Airlines. Apoyando esta afirmación Borges hizo mención a que la corporación culminó en mayo pasado justamente con el lanzamiento de su programa de sostenibilidad, denominado “Nuestro destino necesario”. Dentro de su plan de acción, señaló, priorizan un sistema de gestión ambiental para abordar los impactos ambientales hasta 2025, buscando minimizar la emisión al 50% en vuelos domésticos y ser carbono neutral en 2050, y apostando por la economía circular.
Lecciones aprendidas
A modo de conclusión, los directivos compartieron sus pareceres acerca de cuál sería la principal lección aprendida que ha dejado en sus organizaciones esta pandemia.
La prevención, la revisión y fortalecimiento de los planes de continuidad de negocios, la necesidad de contar con equipos de trabajo formados para actuar y afrontar diferentes retos, fueron las cuestiones más destacadas por los tres directivos, puesto que al final, como bien concluía Suzana Borges, somos empresas conformadas por personas y para personas
