La creciente globalización y el empuje de herramientas innovadoras están transformando el tránsito de mercancías, que evoluciona hacia sistemas cada vez más complejos que se integran bajo el concepto de logística. En este engranaje está teniendo un especial impacto el transporte intermodal como la alternativa más eficiente y competitiva para gestionar las transacciones internacionales.
El transporte intermodal es un avance más del multimodal, en el que en el traslado de las mercancías se emplean al menos dos tipos de vehículos diferentes. Junto con ello, el intermodal implica mantener siempre en el envío la misma unidad de carga (contenedores, semirremolques o cajas móviles), sin que se produzca carga o descarga en los trasvases entre modos.
La combinación de las ventajas de los distintos tipos de logística persigue, en definitiva, “optimizar al máximo los diferentes flujos, tanto físicos como de información, que acompañan al movimiento de mercancías”, reconoce Alberto Palacios, director técnico del Centro de Estudios de Transporte para el Mediterráneo Occidental (Cetmo), lo que devendrá en una reducción de los costes de manipulación, un aumento de la velocidad de la transacción, un mayor acceso a los equipos y horarios de tránsito estandarizados.
En cualquier caso, esta tipología es ya una realidad, ya que el aprovechamiento y la optimización de los diferentes modos de expedición están acompañando a la globalización de la economía, y este sector se encuentra en el mismo proceso. En la actualidad, como reconoce Palacios, el factor sostenibilidad está condicionando el futuro de la movilidad. “Los grandes retos que vislumbra el sector van a profundizar aún más en la necesidad de compatibilizar el crecimiento económico, que permita el mantenimiento de los estándares de desarrollo, con la rebaja de los gases de efecto invernadero”, sostiene.
Operador logístico integrado
La tecnología también resulta un elemento clave para acometer los riesgos que a diario tiene que afrontar el transporte en general y que están bien identificados por los operadores y por las aseguradoras, como la pérdida de carga, los incidentes terroristas, los actos de piratería, los daños al medio ambiente, etc. Además de estos, el intermodal, y en su caso más habitual el door-to-door container transport, llevan asociados otros retos, al tener que gestionar los riesgos que se derivan del trasvase entre los modos: el tiempo que el contenedor pasa en las campas, las terminales ferroportuarias, las terminales ferroviarias, las zonas logísticas, etc.
La complejidad de este tipo de movimientos obliga, por tanto, a contar con un operador logístico integrado que maneje la cadena de traslado de puerta a puerta y se encargue de la gestión integral de la información y de los diferentes actores implicados. En la actualidad, existen grandes operadores globales que son la punta de lanza del desarrollo de este sector, y, de hecho, cada vez más, las empresas externalizan su actividad logística. Una tendencia que, como confirma Palacios, es creciente y se irá reforzando en los próximos años, “puesto que el objetivo de reducción de costes y la especialización de la industria logística así lo aconseja”.
De ahí que el transporte intermodal integre en un único sistema el flujo de la mercancía, las operaciones de envío, las infraestructuras de exportación, las operaciones informáticas, las bases de telecomunicaciones y las actividades auxiliares vinculadas al proceso logístico.
En esta modalidad participan un mayor número de actores involucrados en el traslado de la propia unidad de carga, y cada uno de ellos debe estar implicado en la expedición de la carga y el envío desde el punto de vista de la seguridad. Esta multitud de intervinientes “complica la obtención de los datos para conducir un eficiente análisis de riesgos”, por lo que se hace fundamental el empleo de herramientas tecnológicas, como el tracking de contenedores. “El transporte intermodal y la logística se basan en la gestión de la mercancía y de la información. Tan importante es uno como el otro. Solo una correcta y optimizada coordinación de la cadena y de los actores haría viable este tipo de facturación”, atestigua el director técnico del Cetmo.
Condiciones y resultados del transporte intermodal
Próximos desafíos
Pese al apoyo incondicional de la industria logística por este tipo de distribución de mercancías, el transporte intermodal tiene ante sí una serie de desafíos que deberán acometer tanto los operadores y empresas como los organismos internacionales en los próximos años para mejorar, aún más, la eficiencia de los envíos ante el impulso de una economía sin fronteras:
– La inexistencia de órganos reguladores internacionales que apliquen normativas más allá del entorno marítimo que sí tiene la IMO. “La cuestión de la reglamentación es importante”, sostiene Palacios, puesto que no existe un único marco regulatorio para este tipo de expedición.
– Las escasas infraestructuras para desarrollar este modelo de movilidad, y concretamente los problemas con respecto al ferrocarril y su conexión con el puerto.
– La escasez de servicios ferroviarios multicliente que permitan el aprovechamiento de su potencial.
Sus ventajas son innegables: es capaz de generar costes más bajos, mayor fiabilidad y tiempos de entrega muy competitivos. Pero, aún más importante, ha sido la palanca que ha propiciado un salto del sistema. “Del transporte unimodal, generalmente por carretera, que era mayoritario en el pasado, se ha conformado un sistema en que operadores logísticos que son capaces de aprovechar el potencial de cada uno de los medios”, ratifica Palacios. “Ha permitido este cambio de paradigma donde la gestión de la mercancía está al mismo nivel de importancia que el control de la información asociada, dando lugar a la trazabilidad en todo momento”, añade.
Variables de este modelo logístico
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Alberto Palacios es director técnico del Centro de Estudios de Transporte para el Mediterráneo Occidental (Cetmo), organización que promueve la cooperación del sector en el Mediterráneo occidental (Francia, Italia, Malta, Portugal, España, Argelia, Libia, Mauritania, Marruecos y Túnez).
Cetmo es la secretaría técnica del Grupo de Ministerios de Transporte del Mediterráneo Occidental (GTMO 5+5). Con su coordinación, esta estructura informal garantiza la colaboración de los coordinadores nacionales que representan a los ministerios en los diez países de la región. Estos coordinadores nacionales son responsables de establecer el programa de cooperación y lograr que las instituciones y organismos nacionales participen en los estudios e iniciativas promovidas.
Cetmo se creó en 1985 por decisión de los países de la región, por iniciativa del Gobierno español y en respuesta a las recomendaciones de la Conferencia de Ministros de Transporte de los países mediterráneos. En 1988 las principales organizaciones y asociaciones profesionales que representan el transporte español unieron fuerzas con las administraciones públicas para apoyar y promover las actividades de Cetmo en su papel de organización básica para la cooperación en el Mediterráneo al proporcionarle su propia personalidad jurídica como fundación privado sin ánimo de lucro. Ese mismo año fue reconocido como un centro vinculado a las Naciones Unidas (CEPE).