El agua es un bien imprescindible y transversal para el desarrollo económico y el bienestar social. La gestión hídrica en las grandes ciudades, con la tensión demográfica y los eventos climáticos adversos, ha supuesto un auténtico desafío para autoridades y expertos en la materia.
Las grandes ciudades han cambiado de forma drástica en las últimas décadas, y esto ha afectado también —de forma muy positiva— en la gestión hídrica. Tras la revolución industrial, los modelos urbanos se podían catalogar de rígidos, con un alto componente de hormigón. “Este tipo de urbanismo se caracteriza por la impermeabilización de las superficies existentes, de forma que, donde antes existía una gran extensión de terreno capaz de absorber agua, ahora nos encontramos con la misma superficie donde únicamente tenemos pequeños imbornales por los que puede colarse el agua de lluvia para llegar a la red de alcantarillado”, nos avanza Carmen Hernández de la Vega, Coordinadora Técnica de AEAS (Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento).
En un contexto de cambio climático, donde los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos, las ciudades han ido adaptándose, integrando elementos que protejan la infraestructura y garanticen la continuidad de la vida en las ciudades y muchos de ellos se inspiran en la propia naturaleza. “Estos cambios de paradigma están permitiendo una renaturalización de las ciudades, aportando multitud de beneficios como los pavimentos permeables o las zonas de inundación”, explica la experta.
Entornos con mayor impacto
Una política de gestión hídrica efectiva y sostenible mejora sustancialmente la calidad de vida en las grandes ciudades, ya que garantiza el suministro en tiempos de sequía y atenúa las inundaciones. Estas medidas impactan de forma aún más relevante en los municipios medianos y pequeños, que son los que mayores problemas tienen frente a este tipo de dificultades.
“Podemos presumir en este caso de que España fue pionera en gestionar el agua mediante confederaciones hidrográficas”
“Si hablamos de gestión del agua, es importante realizarla a nivel de cuenca hidrográfica y, poco a poco, ir descendiendo al detalle, ya que cualquier actuación o impacto puede tener repercusiones aguas abajo de la misma. Podemos presumir en este caso de que España fue pionera en gestionar el agua mediante confederaciones hidrográficas”, asegura Hernández de la Vega.
Otro de los frentes que más importa a las organizaciones responsables de la gestión hídrica es el caso de las lluvias extremas, eventos cambiantes y cada vez más frecuentes. Para evitar los colapsos de agua, las infraestructuras actuales cuentan con “aliviaderos” externos que vierten el excedente que no son capaces de gestionar.
Si bien esta medida es efectiva, la asiduidad de estos episodios ha alertado a las autoridades, por lo que ya se están buscando otras soluciones complementarias como, por ejemplo, las rejas y elementos de retención de gruesos, que evitan la salida de los grandes materiales en los vertidos, así como la existencia de tanques de tormenta que permiten el almacenamiento.
La situación de España
Cuando hablamos de gestión hídrica a escala nacional, es necesario referirse al sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS6) de la Agenda 2030 adoptada por la ONU en 2015, cuyas metas más relevantes son asegurar el acceso universal al agua potable, mejorar la calidad de los recursos hídricos y reducir la escasez a la que nos enfrentamos como planeta.
“Es inevitable recordar que el país atraviesa actualmente una severa sequía con apenas precipitaciones”
“Uno de los puntos más importantes es el acceso al agua y se puede afirmar que en España está garantizado. Efectivamente, una de las cosas que permite y asegura el urbanismo y la ordenación del territorio es la conexión de todas las viviendas. Si llegara a existir un problema en nuestro país, no sería por falta de conexiones, sino más bien por falta de agua o de calidad de ésta”, señala la especialista.
Sin embargo, es inevitable recordar que el país atraviesa actualmente una severa sequía con apenas precipitaciones, frente a la que AEAS propone una correcta planificación hidrológica, junto a adecuados planes especiales de sequía, que solo puede ser atajada con previsión, detección temprana y agilidad en la toma de decisiones y medidas de respuesta. Para lograrla, la asociación recomienda colocar al agua en una posición prioritaria dentro de la agenda política para lograr la inversión necesaria para afrontar su impacto y optimizar las infraestructuras altamente tensionadas, mejorando su calidad.
Los mayores retos a futuro
En la actualidad, el mayor desafío de la gestión hídrica sostenible en España está relacionado con la escasez de agua, situación cada vez más grave por el aumento de la demanda, de la urbanización del suelo y de la agricultura intensiva. Ante esta situación, Hernández de la Vega considera imprescindible implementar cuanto antes políticas públicas y estrategias para mejorar el manejo de este recurso en el largo plazo.
Desde AEAS, señalan dos textos legislativos recientes que van por ese camino, ya que amplían las obligaciones y requisitos que debe cumplir el sector. Estos son el Real Decreto que atraviesa la Directiva de Aguas de Consumo Humano —aprobado por la administración estatal— y la revisión de la Directiva de Aguas Residuales Urbanas —por la Comisión Europea—.
El principal desafío es el aumento de exigencias que precisa de un mayor esfuerzo económico en un contexto donde encontramos marcados inconvenientes, como:
- La falta de renovación de infraestructuras.
- Un aumento de los costes por la energía y el IPC.
- Una tarifa muy por debajo de la media europea.
- La gestión hídrica fuera de la agenda política.
“Somos un país con escasez de agua a nivel estructural y cada vez la aridez se va a extender más, así que no podemos permitirnos continuar en este escenario. Debemos avanzar para que el sector del agua urbana continúe siendo sostenible. De este modo, lograremos mantener los estándares de calidad, que hasta ahora han caracterizado a un servicio esencial y vital para la sociedad, la economía y el medio ambiente”, concluye la Coordinadora Técnica de AEAS.
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La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) es una organización sin ánimo de lucro que representa a los operadores públicos y privados del sector del agua en España a través de actividades, publicación de estudios y directrices técnicas.
Entre sus principales objetivos están promover la mejora continua de la gestión del agua, fomentar la colaboración entre los distintos actores del sector y contribuir al desarrollo de políticas públicas que aseguren el acceso y la higiene del agua.
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