La industria de seguros marítimos afronta retos encadenados por factores geopolíticos, económicos y climáticos. Estos desafíos afectan las metas de penetración del seguro en América Latina, pero también abren nuevas posibilidades en un escenario cada vez más complejo.
El XII Congreso Latinoamericano de Seguros Marítimos, organizado por ALSUM, se ha consolidado como foro clave para debatir las perspectivas del sector. En el marco de la mesa redonda ‘Panorama mundial y su efecto en la industria aseguradora de P&C’, expertos como Fabiana De Nicolo, Gerente General de Southbridge; Lionel Soffia, de Gallagher; Eduardo Couyoumdjian, de Reale Chile Seguros Generales S.A.; y Jorge Claude, Presidente de FIDES, analizaron las tendencias emergentes y los riesgos a corto y medio plazo que están configurando el futuro de la industria.
Un contexto exigente para el sector
El impacto del cambio climático, que ha intensificado la frecuencia de eventos no modelados, ha afectado significativamente al ámbito asegurador. Esta situación podría acrecentar las dificultades para acceder a los reaseguros y conllevar un incremento en las tarifas. Junto a este desafío, en el evento organizado por ALSUM se abordó la amenaza que representan los conflictos armados a escala global y su capacidad para desestabilizar el mercado. Además, otro tema relevante fue la delincuencia, ya que el aumento de robos, especialmente en el sector de transporte de carga, ha llevado a que ciertos bienes sean considerados no asegurables. Eduardo Couyoumdjian explicó que la tipología delictiva ha evolucionado hacia robos violentos, lo que genera una mayor demanda de seguros especializados. A pesar de este panorama, las aseguradoras están buscando soluciones, como el fortalecimiento de las políticas público-privadas para mejorar la seguridad.
A nivel macroeconómico, la región enfrenta un crecimiento modesto que influye en el interés por los seguros generales. La industria se ha vuelto altamente competitiva, con empresas luchando por los mismos clientes en un ecosistema estancado. Sin embargo, las compañías están innovando en productos y servicios dirigidos a segmentos no atendidos, como microemprendedores, propiciando nuevas ocasiones de crecimiento.
El aumento de la siniestralidad
El año 2023 se caracterizó por ser uno de los más complicados en términos de siniestralidad. Fabiana De Nicolo comentó que en Chile ha surgido “la tormenta perfecta”, donde el stock de viviendas sin vender y la disminución en los créditos hipotecarios han creado un entorno complejo para las entidades aseguradoras.
La situación actual debería generar una llamada a la autocrítica. Couyoumdjian destacó que “faltó disciplina en las contragarantías” y cómo la póliza de garantía ha sido malinterpretada como una “carta blanca”. En este contexto, la resiliencia se convierte en un pilar fundamental para el sector. Lionel Soffia enfatizó que “la póliza de garantía y fiel cumplimiento son fundamentales” y que es necesario aprender de los errores pasados. Por ello, es imprescindible reevaluar las prácticas de gestión de riesgos y buscar mejoras en la operativa.
Un marco regulatorio en evolución
La creciente regulación del sector es un tema central en el discurso actual. Jorge Claude mencionó que “se está buscando una especie de control general” por el temor a la quiebra de compañías. Esta avalancha de regulaciones ha sido vista como un riesgo y como una realidad que impacta la operación de las aseguradoras.
Eduardo Couyoumdjian remarcó que el entorno chileno es uno de los más regulados del mundo, lo que ha elevado los costes operativos y ha generado la necesidad de contar con equipos robustos de cumplimiento. “Esto es el pay to play”, apuntó, aludiendo a la necesidad de adaptarse a normativas para seguir adelante. Por su parte, Lionel planteó la necesidad de una regulación gradual y adaptable, evitando cambios drásticos que puedan desestabilizar el sector: “No podemos hacer 20 modificaciones el mismo año”. Además, advirtió que la regulación insuficiente de los brokers de reaseguros en Chile representa un conflicto para la industria, lo que exige una colaboración estrecha con los reguladores.
Fabiana De Nicolo reconoció la “buena intención del regulador” para fomentar la competencia y mejorar la confianza en los seguros. Mencionó la importancia de implementar adecuadamente las normativas, como el Open Finance, para fomentar la competencia. También expresó inquietud por la inversión necesaria en tecnología para cumplir con estos requisitos.
En el contexto del reaseguro, se mencionó un informe de Gallagher que destaca un año excepcional en 2023, sugiriendo una mejora en las condiciones del mercado. Lionel señaló que los contratos automáticos se han vuelto más favorables, permitiendo a las compañías una mayor capacidad de retención. Sin embargo, la rivalidad entre el mercado de contratos y el facultativo sigue siendo intensa, lo que afecta los precios. Eduardo matizó la disociación entre ambos mercados, mientras que Fabiana centró su discurso en la tendencia hacia un mercado más blando, abogando por trasladar precios justos a los clientes y evitar la competencia desleal.
Función social
El sector asegurador chileno desempeña un papel social fundamental al responder en momentos difíciles, asegurando el pago de siniestros y garantizando la protección de los ciudadanos. Esta función es crucial, especialmente en la reconstrucción tras eventos extremos como el devastador terremoto de 2010 recordado por Couyoumdjian en su discurso de cierre, donde resaltó que “el sistema de pensiones chileno no podría existir sin la participación de los seguros de vida”.
Para que más personas puedan beneficiarse de estos servicios, es esencial democratizar el acceso a las pólizas. De Nicolo afirmó que “somos los que estamos frente para pagar los siniestros en los momentos duros”, lo que subraya la importancia de ampliar el acceso a los seguros en áreas desatendidas, fomentando así el desarrollo del país. A pesar de los desafíos en la penetración del mercado, comunicar el valor del seguro en un contexto incierto se convierte en una prioridad para fortalecer la confianza de los ciudadanos.