La comunicación es algo esencial en el transporte en general y, en particular, desafiante en la industria marítima. Para su certidumbre, afronta retos constantes relacionados con la seguridad, la eficiencia y la productividad en un entorno tan dinámico como los océanos.
La logística es una pieza clave del desarrollo económico mundial y más de 70% se hace por mar. Para que la navegación sea eficiente y segura, la comunicación satelital es cada vez más importante para la industria marítima, tal y como nos revela Antonio P. Sandoval Díaz, de la Unidad de Tecnología Marina (UTM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Para que estas conexiones sean estables, es preciso llevar a cabo prácticas como:
- “el mantenimiento preventivo,
- la realización de pruebas periódicas,
- la actualización de equipos,
- la capacitación de personal
- o la monitorización continuada del rendimiento de los sistemas de telecomunicaciones”, afirma el especialista en telecomunicaciones.
Riesgos y beneficios de esta tecnología
Entre los múltiples beneficios de la comunicación por satélite en la industria marítima, el experto destaca la cobertura global, una conectividad muy confiable y un ancho de banda escalable que permiten la transmisión de datos, voz y vídeo de alta calidad.
“Esto conlleva múltiples aplicaciones como puedan ser aquellas relacionadas con la seguridad, la respuesta ágil ante incidentes o en situaciones de emergencia, la eficiencia operativa y en la navegación, la gestión y el soporte técnico remotos, así como el entretenimiento y la conciliación de la vida a bordo”, asevera Sandoval.
Sin embargo, también hace hincapié en diversos riesgos y desafíos de esta tecnología, como el coste considerable que supone y la dependencia de proveedores. Estos podrían mitigarse a través de la optimización de los contratos y planes de suscripción o manteniendo constantes líneas de investigación e innovación abiertas.
“Las altas latencias y la gestión del ancho de banda también pueden suponer un riesgo, causando problemas de congestión y afectando al rendimiento de aplicaciones críticas o a la calidad de las comunicaciones en tiempo real como llamadas o videoconferencias”, advierte el especialista.
Para este último problema, desde el CSIC recomiendan incorporar sistemas con QoS (quality of service) que permitan moldear y priorizar el tráfico de datos como llamadas telefónicas o videoconferencias sobre otros como descargas de archivos, garantizando que las aplicaciones críticas funcionen sin interrupciones y tengan una alta calidad, además de controlar cuánto ancho de banda utiliza cada tipo de tráfico.
El técnico también destaca las interferencias causadas, por ejemplo, por malas condiciones climáticas o la obstrucción de la línea de visión del satélite, que pueden causar desde la degradación de la calidad de la señal hasta la pérdida total de la conectividad en casos muy graves, poniendo en peligro la navegación, la eficiencia operativa y la seguridad de la embarcación.
“Como soluciones y mitigaciones tenemos el diseño y ubicación de las antenas pudiendo ubicarlas en lugares estratégicos para minimizar el impacto de estas interferencias electromagnéticas”, afirma.
También es reseñable la importancia de evitar la pérdida de señal en las comunicaciones satelitales, para lo que recomienda conocer con suficiente antelación la ruta o la zona de navegación prevista y disponer de sistemas de comunicación redundantes que, en caso de pérdida de señal o de fallo, puedan tomar el relevo.
El problema de los ciberataques
Sandoval también se centra en un problema cada vez más creciente como es los ciberataques, donde las vulnerabilidades más típicas son la proliferación de programas y software maliciosos (como malware y virus informáticos). Estos pueden infectar los sistemas a bordo y causar daños, robo de datos o interrupciones en las operaciones.
“Entre ellos están los ataques o técnicas de phishing, la falta de actualizaciones y parches de seguridad en los sistemas de las embarcaciones que pueden exponer vulnerabilidades fácilmente explotables o los intentos de acceso no autorizados”, previene.
La clave para hacerles frente es implementar algunas medidas primordiales de prevención como la ejecución de firewalls y sistemas de seguridad robustos, así como el cifrado de datos, tanto en la transmisión como en el almacenamiento.
“Otros consejos son la segmentación de redes, separando los sistemas críticos de las redes de uso general o entretenimiento y el uso de antivirus y/o sistemas EDR; en definitiva, sistemas de protección y monitorización de la red, dispositivos e infraestructura tecnológica”, determina.
Además, recomienda el establecimiento de políticas de actualización de software y de contraseñas sólidas, así como la educación y concienciación en materia de ciberseguridad. Asimismo, destaca la importancia de capacitar al personal embarcado en prácticas seguras de navegación por internet, identificación de amenazas y respuesta a incidentes.
También es fundamental prever los cortes en los sistemas de alimentación y energía eléctrica que pueden ocurrir en los barcos, así como los fallos de hardware de los propios sistemas de comunicaciones, pues pueden causar interrupciones en los servicios. En estos casos, es importante disponer de sistemas de alarma, de monitorización y de alimentación ininterrumpida que permitan tomar medidas en tiempo real. Además, se debe llevar a cabo un mantenimiento preventivo y planificado para garantizar que todo el equipamiento crítico se mantenga en condiciones óptimas.
“Un plan de contingencia que abarque procedimientos precisos para recuperar la conectividad en situaciones de fallos técnicos y la utilización de sistemas de respaldo, garantizando la continuidad de las operaciones, es algo fundamental en la industria marítima”, concluye.
Ha colaborado en este artículo…
Antonio P. Sandoval Díaz es Técnico Superior en la Unidad de Tecnología Marina (UTM-CSIC), con más de 15 años de experiencia en la administración de sistemas informáticos y de telecomunicaciones en diferentes campañas de investigación y oceanografía a bordo de los buques B/O Sarmiento de Gamboa, BIO Hespérides, B/O García del Cid, B/O Mytilus y en la Base Antártica Española JCI, infraestructuras gestionadas por dicho organismo.”