Aunque el motor de su economía sigue siendo la minería, Chile se ha convertido en los últimos años en un referente en el ámbito de las energías renovables y en uno de los principales receptores de inversión extranjera para el desarrollo de proyectos de fuentes solares e hídricas.
Tras el impacto de la pandemia del Covid19, que hundió el PIB de Chile un 6,1%, el país se recuperó gracias a la capacidad de adaptación de los agentes económicos de la región y a políticas monetarias y fiscales fuertemente expansivas. Llegó a registrar una tasa de crecimiento del 11,7% en el segundo trimestre de 2021 y alcanzó niveles de actividad previos a la crisis sanitaria y social, tal y como refleja el último informe publicado por el ICEX. Este aumento comenzó a moderarse en 2022 (+2,4%) y las previsiones marcadas por el Banco Central de Chile se han revisado a la baja, hasta limitarse al 1% en 2023. Para el año entrante, se proyectan entre el 1,25% y el 2,25%, y entre el 2% y el 3% para 2025.
Los últimos datos publicados por la entidad bancaria, la inflación ha disminuido en los últimos meses —tras la gran subida de 2022, cuando llegó a aumentó hasta 11,6%—, aunque se sigue considerando alta. “La inflación total continuará disminuyendo. Este año cerrará en 4,3% anual (4,2% en junio), para converger a la meta de 3% el segundo semestre de 2024. La inflación subyacente terminará 2023 en 6,3% anual (6,5% en junio) y llegará a 3% a comienzos de 2024”.
El resorte de la minería
Las exportaciones son un pilar fundamental de la economía chilena y alrededor del 50% de los bienes comercializados provienen del sector minero (cobre), con China como principal cliente. Según el informe ‘La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe’, elaborado por CEPAL en el presente año, la operación internacional más importante vinculada a la explotación de recursos naturales en América Latina tuvo lugar en Chile: la adquisición de participaciones de Sierra Gorda SCM, la empresa minera de cobre y molibdeno, por parte la australiana South32 Limited.
Chile encuentra fuera de la región a sus principales socios comerciales, destacando, como hemos indicado, la aportación de China.
Bonanza chilena
Según datos del ICEX, en 2022 las exportaciones chilenas sumaron un volumen de 98.006,2 millones de dólares, lo que supuso un aumento del 4,9% respecto al año anterior. Las importaciones totales llegaron a 98.764,8 millones de dólares, mostrando un aumento de 12,9%. Los principales productos exportados estaban vinculados a la minería (más del 50%), predominando los minerales de cobre y sus concentrados (un 22,32% del total). Esta bonanza del sector ha elevado el interés de inversión extranjera por los activos chilenos.
La Inversión Extranjera Directa (IED) ha contribuido a la mejora de la competitividad del país. Según datos de la CEPAL, Chile fue el tercer país con más ingresos en 2022 —recibió 20.865 millones de dólares—, un 31% superior al año anterior. “La reinversión de utilidades fue el componente más relevante (un 52% del total) y los ingresos por ese concepto fueron un 138% superiores”.
Referente en la transición energética
Chile ha sido un país líder en el afianzamiento de las energías renovables en el mundo, con un impulso relativamente breve, pero contundente. A pesar de que en 2005 no había capacidad en el territorio para generar energía solar, desde entonces se ha convertido en referente en el desarrollo de esta fuente: hasta 2022 se anunciaron 124 de proyectos, que representaron más de 23.000 millones de dólares en total. En este contexto, la inversión extranjera ha desempeñado un papel fundamental. En palabras de la CEPAL, “las políticas públicas de Chile se han convertido en un punto de referencia para el desarrollo del sector de la generación de energía solar a nivel mundial”.
Estas inversiones se concentran en dos regiones con persistente irradiación solar a lo largo del año: Antofagasta y Atacama, que acaparan el 60% de los proyectos. En este contexto de crecimiento, el Gobierno sigue anunciando nuevos objetivos en materia de transición energética, y quiere aumentar la capacidad de generación distribuida. La meta de la política es llegar a un 80% de renovables al año 2030 (incluyendo la gran hidroelectricidad).
Otros mercados de interés
Las autoridades del país están haciendo un importante esfuerzo por potenciar el turismo a través de programas desarrollados por el Servicio Nacional (Sernatur), con campañas de promoción a escala internacional. En 2017, Chile fue uno de los diez destinos turísticos que más estaba creciendo en el mundo, pero con la pandemia se tornó a cifras desoladoras: 1.222.858 en 2020 y 190.022 en 2021. Tras la apertura geográfica y económica, en 2022 se registraron 2.036.103 llegadas, aún alejadas de los más de 5 millones de 2018, pero con una prometedora proyección. Según Sernatur, más del 60% “de los turistas extranjeros que visitan el país declaran como principal razón hacerlo por la naturaleza, los paisajes, la flora y la fauna”, no en vano World Travel Awards otorgó a la Chile el premio al Mejor Destino Verde del Mundo en su trigésima edición, el segundo obtenido de forma consecutiva y el cuarto en su historia.
Desde CEPAL destacan además el dinamismo de la industria de las Telecomunicaciones en la región, que en 2022 logró reestructurar y optimizar la cartera de empresas del sector. “Además de las operaciones internas, cabe destacar la venta de 3.800 torres de telecomunicaciones a Phoenix Tower International, que se concretará en 2024 y que ha convertido a la empresa estadounidense en la mayor propietaria de estas infraestructuras de Chile. ICEX, en este sentido, destaca las ventajas que ofrece Chile “en términos de estabilidad, certeza regulatoria, acceso a energías renovables a precios competitivos e infraestructura tecnológica y de telecomunicaciones de primer nivel que han llevado a que los gigantes tecnológicos se hayan decantado por instalar Data Centers en el país.