En los últimos años, el reto de la descarbonización asumido por la gran industria en el marco de los ODS ha sumado aliados en todas las áreas de negocio con el objetivo de lograr resultados significativos en el año 2030. Uno de los ámbitos más prometedores, por los efectos decisivos y el recorrido pendiente, es el aislamiento industrial, que puede favorecer un ahorro energético de hasta 15.000 millones de kilovatios por hora, y cuyo potencial está marcado por el desarrollo de lanas minerales.
El sector industrial es, junto con el transporte, el segmento que más puede aportar a los propósitos de sostenibilidad energética que marcan la agenda de los gobiernos del mundo. Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas, y en particular en el ODS7, se abordan numerosas metas en esta materia: acceso universal, crecimiento de renovables, cooperación internacional, etc. Otro de los aspectos que se destaca es el impulso de tecnologías de eficiencia energética, y entre ellas el aislamiento podría suponer un cambio significativo, como nos explican desde la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA).
“Concretamente, las refinerías de petróleo, las plantas eléctricas y la industria química contribuirían al 57% de ese ahorro y al 61% de la reducción de emisiones de CO2 si se toman las medidas adecuadas. En este contexto, las lanas minerales constituyen el aislante ideal dado que permiten un alto grado de ahorro energético, reduciendo el consumo al mínimo racionalmente posible y disminuyendo así el deterioro del medio ambiente”, expone Mónica Herranz, secretaria general de la asociación.
Tan solo en España, si se mejoraran los requerimientos de aislamiento térmico, se podría alcanzar hasta el 12,5% del objetivo de sostenibilidad energética de cara a 2030. “Un correcto aislamiento en instalaciones industriales puede suponer el ahorro de 15.000 millones de kilovatios/hora al año. Para ponerlo en contexto, esto equivale a la cantidad de petróleo que se necesitaría para circunnavegar la Tierra en un Boeing 747 al menos 2.509 veces”, asegura la experta.
Invertir en ahorro
Según el estudio Ecofys de la Fundación Europea del Aislamiento Industrial, los casos prácticos y las historias de éxito demuestran que el potencial de ahorro del aislamiento de procesos y sistemas en la industria puede llegar a los 400 millones de euros al año en España. “Es decir, 13.600 gigavatios hora y 3,4 millones de toneladas de CO2, o lo que es lo mismo: el consumo de 1.200.000 viviendas o el CO2 de 1.700.000 coches. Si bien estos ahorros son posibles, requieren de una inversión total de 7.370 millones de euros, de los que aproximadamente 1.647 millones corresponderían al sector público. Un dato clave teniendo en cuenta la oportunidad que suponen los Fondos Europeos acordados para España en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia que corresponden a la transición verde”, demandan desde AFELMA.
Para cumplir con los compromisos de sostenibilidad y eficiencia, es preciso no solo incluir la premisa de un buen aislamiento en las fases de diseño y edificación, sino el impulso de actuaciones de rehabilitación y mejora de materiales. “Todos los caminos de la descarbonización pasan por la rehabilitación, y en eso las lanas minerales tienen un papel protagonista”. Este material, que se obtiene a partir de productos naturales -arena silícea en el caso de las lanas de vidrio y roca basáltica en el de las lanas de roca-, está constituido por un entrelazado de filamentos de materiales pétreos que forman un tejido y que mantienen entre ellos aire en estado inmóvil. Esta estructura flexible permite obtener un producto capaz de proporcionar una triple condición: aislamiento acústico, aislamiento térmico y, por su naturaleza incombustible, protección contra el fuego.
Desde AFELMA señalan la ventaja de la triple protección -térmica, acústica e ignífuga- ofrecida por las lanas minerales. “Las lanas minerales son los productos de aislamiento más utilizados en Europa y los fabricantes trabajan constantemente para mejorar su calidad y prestaciones”, explican. Sus usos y posiciones potenciales son muy diversas: cubiertas, fachadas, suelos, falsos techos, divisorias, conductos de aire acondicionado, protección de estructuras, cerramientos, aislamiento térmico de tuberías, equipos, tanques y superficies calientes que sufren pérdidas energéticas. “En definitiva, se trata de un material sostenible, eficiente e idóneo para el aislamiento de todo tipo de edificios y sus instalaciones”, señalan.
Junto a las lanas minerales, existen otros materiales a utilizar, que siempre deberán ser nuevos, estar correctamente embalados y libres de humedad antes de su instalación. Es imprescindible que dichos materiales tengan certificado de origen, fichas técnicas y de seguridad. Las características fundamentales que deben aportar los materiales aislantes son:
- Ahorro de energía: mediante un elevado aislamiento térmico, que dificulte el flujo de calor a través del material.
- Prestaciones acústicas óptimas: que facilite la transformación de energía acústica en energía cinética.
- Seguridad: no deben arder ni producir humos, manteniendo su capacidad de aislamiento térmico incluso a altas temperaturas.
La Norma UNE-EN 14303 especifica los requisitos de los productos manufacturados de lana mineral que se utilizan para el aislamiento térmico de equipos en edificación e instalaciones industriales, con un rango de temperatura de trabajo aproximadamente de 0 °C a + 800 °C.
Otro tipo de productos que se han utilizado en materia industrial son:
- Vidrio celular: Material elaborado a partir de polvo de vidrio cocido, también llamado vidrio expandido. Empleado fundamentalmente como aislante térmico y como protección contra el fuego.
- Espuma elastomérica: Aislamiento térmico flexible de espuma de célula cerrada especialmente diseñado para instalaciones en el exterior. Actúa como una barrera de vapor de agua y reduce el riesgo de condensación.
- Material microporoso: Producto de aislamiento en forma de fibras o polvo compacto con un tamaño de poro medio de interconexión comparable o por debajo de la trayectoria libre media de las moléculas de aire a una presión atmosférica estándar. Su temperatura de trabajo es hasta + 1.000 °C.
- Fibra cerámica: Manta punzonada, ligera, fabricada a partir de lana de silicato alcalino terroso, que da solución a una variedad de problemas de gestión térmica. Mantiene su resistencia, flexibilidad y propiedades térmicas hasta una temperatura de + 1.200 °C.
- Aerogel: Manta de aislamiento industrial flexible para altas temperaturas, formada por aerogel de sílice y reforzada con relleno de fibra de vidrio no tejida. Funciona a temperaturas de hasta + 1.000 °C.
Prevención de riesgos
El tejido industrial de España, en materia de aislamiento, no está sometido a ninguna normativa obligatoria, en comparación con el residencial, que se rige por el Código Técnico de la Edificación (CTE), algo que señalan desde AFELMA como clave a la hora de definir el nivel tecnológico de la región.
“Aunque el sector está cada vez más concienciado, en los estudios realizados se ha detectado que al menos el 10% de las superficies de las instalaciones no disponen de aislamiento o está deteriorado. El 90% restante podría llegar a reducir hasta un 75% sus pérdidas energéticas invirtiendo en una mejora del aislamiento. La inversión suele ser lo mínima posible debido a que únicamente se centra en atender la temperatura superficial que evite daños personales, así como las necesidades básicas del proceso industrial”, asegura Herranz. “Las propiedades aislantes de las lanas minerales, entre las que se encuentra su carácter ignífugo, contribuyen en la prevención de riesgos y facilitan las condiciones de seguridad en el desarrollo de la actividad industrial, como también lo hacen el aislamiento acústico, el confort térmico y el mantenimiento de la calidad del aire interior que proporcionan”.
Ha colaborado en este artículo…
Mónica Herranz es la secretaria general de AFELMA desde el año 2004. Anteriormente y durante 13 años fue la responsable de la Secretaría Técnica de ANDIMAT, Asociación Nacional de Industriales de Materiales Aislantes, por lo que ha dedicado casi toda su vida profesional al mundo del aislamiento.
AFELMA es la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes que representa a todas las empresas productoras de lana mineral en el mercado español. Fue creada en 1979, como entidad sin ánimo de lucro, para dar a conocer la calidad de los productos de lana mineral y promover la adecuada aplicación del aislamiento térmico, acústico y la protección contra incendios.
Su objetivo primordial es la mejora de la calidad edificatoria en España, favorecer el bienestar y la calidad de vida de las personas y contribuir a un futuro más saludable y sostenible.