El pasado 3 de octubre, se celebró en Lisboa el II Encuentro MAPFRE Global Risks. Reunió a los principales brokers nacionales e internacionales de seguros para una sesión sobre perspectivas macroeconómicas para 2022 – 2023. António Nogueira Leite fue el orador invitado. Entre los desafíos señalados resaltaron el impacto de la inflación y el envejecimiento de la población en el sector de los seguros.
Con la participación de cerca de 40 personas, el encuentro promovido por MAPFRE reunió a los responsables de los principales brokers del sector seguros en una sesión sobre perspectivas macroeconómicas para 2022 – 2023, riesgos previstos para este periodo y las principales dificultades y oportunidades del sector de seguros, en especial en el sector de los grandes riesgos.
El evento contó con la presencia de los principales responsables de MAPFRE Global Risks, unidad del Grupo MAPFRE que ofrece soluciones globales e integrales para clientes corporativos internacionales a nivel mundial.
Destacando los resultados positivos de MAPFRE Portugal hasta el mes de agosto, con más de 200 millones de euros en negocio, Luis Anula, CEO de MAPFRE Portugal, indicó que la compañía quiere seguir creciendo en el mercado portugués con rentabilidad y enfocándose en los clientes con una estrategia multicanal, apostando por la transformación y agilización de los procesos de negocio.
Para el CEO de MAPFRE Portugal, “2022, a pesar de los resultados optimistas y del potencial de crecimiento de la aseguradora en Portugal, no está siendo un año fácil. Salimos de la pandemia y entramos en una guerra, que obviamente tiene su impacto en nuestro día a día y en el de todos los que trabajan en la industria aseguradora. Estamos notando los efectos de esta situación viendo cómo los costes aumentan y están teniendo un impacto en el sector automovilístico, en los accidentes laborales y en el aumento de la frecuencia y los costes de los siniestros”.
Por su parte, Jose Antonio Ruibal, Chief Underwriting Officer de MAPFRE Global Risks, recordó las principales crisis que han afectado al mundo en los últimos tres años, intercaladas por recuperaciones fulgurantes que terminaron rápidamente como el bloqueo del Canal de Suez, la pandemia, el bloqueo de los puertos de China y la guerra de Ucrania: “Nos enfrentamos cuando creíamos que el sector de seguros iba a volver a crecer”.
Para José Manuel Inchausti, CEO de MAPFRE Iberia y Vicepresidente Tercero del Consejo de Administración de MAPFRE, uno de los mayores desafíos será el envejecimiento de la población para la sociedad en general y, como resultado, para la compañía. El responsable subraya la importancia de proyectos de la Fundación MAPFRE como el Ageignomics, Centro de Investigación para el envejecimiento, un think tank que en breve llegará a Portugal.
Niveles de incertidumbre sin paralelo
Para António Nogueira Leite, economista y antiguo Secretario de Estado del Tesoro y Finanzas, y que participó como orador invitado de la sesión, los niveles de incertidumbre actuales “no tienen paralelo. Los últimos meses se ha producido una reducción del consumo privado como reacción a la pérdida de rendimiento real de las familias”. Una menor confianza de los consumidores, en línea con otros países europeos generada por la incertidumbre, significa una ralentización de la economía.
Sobre la coyuntura incierta, Nogueira Leite considera que “los portugueses se adaptan bien”, pero señala como riesgos para los próximos años la subida de los tipos de interés y el hecho de que el 95 % de las hipotecas sean de tasa variable, frente a una media del 15 % en la UE. Por otro lado, el aumento de la factura energética, que en algunos sectores se multiplicó por 6, y que ha llevado algunas fábricas a paradas técnicas.
Sin embargo, todavía hay problemas graves que resolver en dos áreas: la tercera edad y la salud. “Hay mucho que hacer por los seguros en áreas que el Estado no consigue resolver”, considera, destacando también el hecho de que los niveles de protección del patrimonio en Portugal son especialmente bajos.
La presión demográfica y la población envejecida tendrán consecuencias en muchas áreas: “Hay un problema de sostenibilidad de la Seguridad Social. (…) Una persona que nació en 1976, cuando se jubile solo va a percibir el 45 % de su último salario. Eso es un problema, aunque también una oportunidad para las aseguradoras, ya que pueden ayudar a resolver los problemas de las familias”. En la asistencia a la tercera edad también existe un problema de oferta: “Es un área de dificultad, pero también de oportunidad”.
En lo que respecta a la sanidad, “teniendo en cuenta cómo funcionan las cosas, la evolución de la medicina para prolongar la vida y el aumento de su precio, cualquier sistema sanitario va a tener que invertir mucho en las próximas décadas. Se incrementará el uso del sistema cooperativo y privado, ofreciendo servicios a la altura de nuestras expectativas”, destacó.
Sobre el potencial de desarrollo del sector asegurador, Nogueira Leite considera que los portugueses consumen pocos seguros y que el sector tiene mucho margen de crecimiento. “Los problemas estructurales sin el sector asegurador serían aún más graves”, concluye.