La industria de las infraestructuras está experimentando una transformación sin precedentes, impulsada por los avances tecnológicos, la urgencia climática y las crecientes demandas sociales. Pero ¿cómo afrontan los expertos del sector estos desafíos?
Para abordar este interesante debate, las XXIX Jornadas Internacionales Global Risks, organizadas por MAPFRE acogió una interesantísima charla moderada por Cristina Peral, Jefa de Suscripción del Departamento de Daños de MAPFRE Global Risks, y en la que pudimos escuchar a Ricardo Lobo, Jefe del Servicio I+D+i de Aleatica; Daniel San Millán, Gerente de Riesgos de Ferrovial y Presidente de IGREA; y Marcelo Gomes da Silva, especialista en seguros de MetrôRio.
La industria de las infraestructuras ha sido, históricamente, motor de desarrollo económico y social, favoreciendo la creación de empleo, el aumento de la productividad y la mejora de la movilidad. Según datos del Banco Mundial, se necesitarán cerca de 96 billones de dólares en inversión en estas instalaciones hasta 2040 para sostener el ritmo de crecimiento global.
Naciones Unidas, a través de su Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 9, ha enfatizado la importancia de contar con sistemas resilientes, sostenibles y de calidad. Esta meta es ineludible si se quiere avanzar hacia un desarrollo verdaderamente duradero. De hecho, el 70% de las emisiones de carbono proviene de la construcción y operación de infraestructuras, lo que subraya la urgencia de una transformación en el sector.
Innovación: llave del futuro de las infraestructuras
Uno de los pilares de esta transformación es la innovación. Ricardo Lobo destacó el carácter disruptivo de los cambios que se están produciendo en el sector al afirmar que “el mundo tradicional de la infraestructura, basado en hormigón y acero, ha evolucionado hacia una demanda de instalaciones versátiles, capaces de adaptarse a los cambios exponenciales que surgen constantemente”. Para Aleatica, no se trata solo de reducir el impacto ambiental, sino también de asegurar la sostenibilidad del propio negocio.
En este sentido, Lobo hizo referencia a la necesidad de infraestructuras conectadas, preparadas para soportar las disrupciones tecnológicas, como el despliegue de vehículos autónomos y eléctricos. Un aspecto crucial es la electrificación, donde los sistemas no pueden limitarse a ser “trozos de cemento”, sino que deben facilitar la transición hacia energías renovables y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Daniel San Millán, por su parte, presentó un ejemplo innovador en el ámbito de las autopistas de peaje dinámico en Estados Unidos. Estas instalaciones inteligentes ajustan sus tarifas en tiempo real según diversos factores, siendo el principal la diferencia de velocidad entre los carriles de peaje y los tradicionales. San Millán matizó que los usuarios han encontrado un gran valor en este modelo, señalando que “incluso utilizan las autopistas de peaje cuando los carriles tradicionales no están colapsados, porque prefieren ir más rápido y estar más seguros. No les importa pagar por un servicio”.
No obstante, lamentó que actualmente no exista ningún proyecto en Europa que contemple este sistema de peaje. “Creo que llegará”, afirmó, “porque descolapsar la M-30 o la M-40 sería una maravilla”.
Sostenibilidad: un desafío ineludible
En sus dimensiones ambiental, social y económica, la sostenibilidad fue otro de los temas centrales de la mesa redonda. Marcelo Gomes da Silva, especialista en seguros de MetrôRio, explicó cómo el metro de Río de Janeiro, que transporta a 700.000 personas diariamente, ha integrado la sostenibilidad en su estrategia empresarial. “Nuestro propósito es devolver a la sociedad los beneficios que obtenemos a través de mejoras en la infraestructura, así como mediante la inclusión social y la equidad”, refrendó.
Uno de los ejemplos más relevantes es el sistema de pago por aproximación implementado por la compañía, un avance tecnológico que facilita la vida de los usuarios y, al mismo tiempo, promueve la sostenibilidad social mediante alianzas con empresas locales para apoyar iniciativas culturales y educativas.
El aspecto medioambiental también es prioritario. En este sentido, la electrificación del transporte y la descarbonización son pasos imprescindibles. Como señaló Ricardo Lobo, “el vehículo eléctrico es una apuesta clave para la descarbonización del sector del transporte, y nuestras infraestructuras deben adaptarse para facilitar su despliegue”. En Aleatica, han desarrollado un sistema de recarga inductiva en movimiento para vehículos eléctricos, una innovación que podría transformar el concepto de autonomía en los automóviles eléctricos.
Resiliencia: preparándose para el cambio climático
El cambio climático es una realidad que afecta directamente a las infraestructuras, y la resiliencia se ha convertido en una prioridad en su diseño y mantenimiento. Daniel San Millán compartió el proyecto ADAPTARE, desarrollado por Ferrovial junto con la Universidad de Cantabria, para evaluar el impacto físico del cambio climático en sus activos. Esta herramienta permitirá analizar los riesgos climáticos y planificar las acciones necesarias para que las instalaciones sean resilientes.
“El reto no consiste únicamente en cuantificar el impacto en los costes y los ingresos, sino también en tomar las medidas adecuadas para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de nuestras infraestructuras”, reveló San Millán. La creciente frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos, entre otros factores, han evidenciado la relevancia de contar con sistemas capaces de resistir estos fenómenos.
El papel del sector asegurador
El sector asegurador tiene un papel determinante en la protección de las infraestructuras ante riesgos que, aunque pueden ser los mismos de siempre, han evolucionado. Marcelo Gomes da Silva subrayó la importancia de contar con seguros adecuados para mitigar los riesgos asociados al cambio climático. En MetrôRio, la cobertura para riesgos ambientales es cada vez más prioritaria, especialmente ante las inundaciones provocadas por lluvias intensas, un fenómeno que ha afectado a varias ciudades brasileñas en los últimos años. Además, Gomes da Silva recalcó la necesidad de contar con seguros cibernéticos robustos para proteger los datos de los usuarios y garantizar la continuidad operativa. “La seguridad de los datos es fundamental para nuestra imagen y para la confianza de nuestros clientes”, afirmó.
San Millán aprovechó la oportunidad para instar al sector asegurador a acompañar la innovación, asegurándose de no quedar rezagado en la evolución de las infraestructuras. Los seguros cibernéticos y ambientales son cada vez más demandados, ya que las instalaciones modernas son vulnerables no solo a fenómenos climáticos, sino también a ataques digitales. Es esencial que el sector se adapte a estas nuevas realidades para ofrecer soluciones efectivas y garantizar la protección de los activos.
Construyendo un legado
Para concluir la mesa, Cristina Peral invitó a los panelistas a reflexionar sobre el legado que dejarán para el año 2100. Ricardo Lobo destacó que el verdadero éxito radica en trascender como buenas personas y en que la innovación beneficie a la sociedad. Marcelo Gomes da Silva compartió la misión de MetrôRio de “mover Río de Janeiro”, enfatizando el retorno a la comunidad. Daniel San Millán expresó su deseo de ser recordado por su aportación a su entorno, resaltando que, en un negocio centrado en las personas, la humanidad y las relaciones son esenciales. Un enfoque humano es clave para un futuro sostenible.