El mercado de cautivas está creciendo de forma significativa a escala mundial, definiendo nuevas estrategias de localización, innovación y gestión de riesgos. Durante las Jornadas Internacionales Global Risks de MAPFRE se analizó el impacto de este negocio en alza en el sector.
Para abordar esta línea de negocio y su estrecha vinculación con la industria de los Grandes Riesgos, Carlos Villanueva, Subdirector del Área de Operaciones y Dato de MAPFRE Global Risks, moderador de la mesa, trazó un perfil de este mercado creciente: hoy en día existen registradas en diferentes geografías del mundo más de 60.000 cautivas, y más de 70 países cuentan con una legislación adaptada a este modelo de aseguramiento corporativo.
Junto a él charlaron Ignacio Gomar, Responsable de Seguros Corporativo de Naturgy, Diana Beltrán, Directora General de Saphire y Georges Michelena, responsable de las empresas españolas de Risk & Reinsurance Solutions, que aportaron diferentes perspectivas geográficas y sus distintos marcos regulatorios, el impacto de los ciclos del mercado en la apertura y cierre de cautivas y la importancia estratégica de este mecanismo de aseguramiento para muchas empresas internacionales. En este contexto, todos admitieron la importancia de poner en valor a las tres figuras fundamentales de este negocio: el broker, la empresa cautiva y la compañía de seguros.
La huella normativa en el sector
George Michelena recordó que se cumplen cuarenta años de la primera normativa sobre reaseguro establecida en Luxemburgo, la cual originó el punto de partida de un gran número de cautivas que comenzaron a extinguirse con el fin de siglo, cuando la Norma de Transparencia Fiscal Internacional supuso el reblandecimiento del mercado. “A partir del año 2015, con la caída del secreto bancario, volvemos a ver un gran número de cautivas creciendo, sobre todo de Francia, Bélgica, Alemania y, ahora, España”, apuntó el responsable de Risk & Reinsurance Solutions. Ignacio Gomar, desde el punto de vista de una compañía europea con implantación internacional, añadió que “ahora mismo en España no se dan las condiciones técnicas para que haya un trasvase de cautivas desde Luxemburgo”, y no solo por sus ventajas fiscales, sino por el pragmatismo regulador de la región.
El caso latinoamericano fue plasmado por Diana Beltrán, que explicó que en su región “no hay un país con una legislación específica, lo que hace que las multilatinas tengan que salir a buscar en un domicilio diferente a su país —principalmente en Bermudas, Islas Caimán, que cuentan con más de 600 cautivas constituidas— y Estados Unidos”.
La importancia de actores adyacentes
La decisión de constituir una cautiva no solo debe estar alineada con la política de riesgos de una compañía: también lo está con su plan estratégico y el de sus stakeholders. “De otra forma, y debido a la dureza del mercado en la actualidad, a largo plazo puede suponer más un problema que una herramienta”, aseguró Gomar, que las calificó, sin duda, como “soluciones estructurales”. En esta decisión corporativa existen otros actores muy involucrados en su éxito, según el experto: el broker y la compañía fronting (entidad aseguradora que asume un riesgo, pero transfiere realmente su cobertura íntegra o gran parte de ella a otros aseguradores). El responsable de Naturgy explicó en su experiencia que “el broker está pendiente de la regulación local y MAPFRE, nuestra compañía fronting, es capaz de atender las solicitudes del regulador de cada país. Nosotros nos encontramos regiones donde se exigen un límite de responsabilidad, de fallo, de suministro, etc., y no hay compañía de seguros que pueda asumirlo. Por tanto, la flexibilidad de MAPFRE para atender y entender nuestras necesidades es fundamental”.
Diana Beltrán expuso desde su perspectiva la experiencia positiva de “tratar directamente con las compañías de seguros”, algo que provoca mayor rentabilidad y eficiencia en el intercambio de información.
Ventajas de implantación de cautivas
La personalización de las coberturas y la eficiencia de gestión de riesgos adaptada a la situación específica de una empresa son dos de las principales ventajas que aporta una iniciativa aseguradora en base al modelo cautivo, aunque no son las únicas. “Tienes un poder de negociación más alto, eficiencia en costos, una gestión de las reclamaciones —porque somos dolientes del mismo riesgo que la compañía aseguradora—, y una integración vertical, pues estamos dentro de la gerencia de coberturas”, asegura Diana Beltrán.
Constituirlas es, sin embargo, algo más complejo en los últimos años, pues como apunta George Michelena, “cada vez se piden requisitos más estrictos que hacen que se pierda algo de proporcionalidad dentro del sector”. Para hacer frente a este hándicap burocrático, se establecen procesos de auditoría internos que permiten adaptar desde la gestación al proyecto a la situación competitiva y regulatoria del mercado. “A las empresas les interesa estar en la mesa de negociación con las aseguradoras”, asegura Ignacio Gomar. “Poder participar en la elección del perito, del abogado, en el cálculo del siniestro… es fundamental. De hecho, no entendemos no hacerlo. También por el impacto reputacional. Para nosotros es crítico poder definir junto a nuestras aseguradoras una estrategia consistente con nuestra filosofía”, concluye.
